Cuando decidí hablar menos (y lo notaron)

Escuchar no es solo callar: es habitar el silencio con presencia, intención y apertura. En esta historia personal, un simple experimento de hablar menos y escuchar más reveló cuánto nos cuesta salir del rol de emisores y cuánto poder tiene una escucha genuina. La escucha activa, como la plantea el coaching ontológico, no es pasiva: implica conectar emocionalmente, dejar a un lado los juicios y estar realmente disponibles para el otro. Escuchar así transforma los vínculos, no solo con quienes nos rodean, sino también con nosotros mismos. Porque en un mundo lleno de ruido, ser escuchado es uno de los mayores actos de reconocimiento.