¿Estamos listos para una IA que actúa sin pedir permiso?

Los agentes autónomos representan una nueva generación de inteligencia artificial capaz de tomar decisiones, ejecutar tareas complejas y actuar sin supervisión directa. Esta promesa de automatización total abre la puerta a una productividad sin precedentes, pero también plantea dilemas profundos sobre control, responsabilidad y autonomía humana. ¿Qué sucede cuando una IA actúa demasiado bien o traspasa límites sin que lo notemos? Delegar no es lo mismo que desconectarse. Por eso, más allá de la eficiencia, necesitamos una conversación ética sobre qué tareas estamos dispuestos a ceder y dónde trazamos la línea para que el futuro digital no avance más rápido de lo que somos capaces de comprender y gobernar.