Diseñar el futuro: la conversación pendiente con uno mismo

Cuando el futuro que había imaginado empezó a desdibujarse, comprendí que los quiebres no siempre llegan con estruendo, pero sí con la fuerza suficiente para hacer tambalear lo conocido. El acoso laboral que viví no solo me enfrentó al desgaste físico y emocional, sino que me obligó a replantear la vida que había construido. Fue entonces cuando descubrí que el futuro no es un destino fijo, sino una conversación que puedo rediseñar desde el coaching ontológico. Comprendí que tener visión no es simplemente trazar metas, sino conectarme con la persona que deseo ser y el sentido que quiero dar a mis acciones. Entre lo que soy y lo que quiero ser existe una tensión creativa que no debe silenciarse, sino habitarse con coraje. Hoy camino desde esa conversación interna, consciente de que no tengo certezas, pero sí la voluntad de seguir diseñando un futuro alineado con mis valores, honrando mis quiebres como puntos de inflexión que abren nuevas posibilidades.