La forma en la que hablas… ¿te acerca o te aleja?

Hablar no es simplemente emitir palabras: es construir realidad, influir en vínculos y reflejar quiénes somos. Acompañando a personas y organizaciones, he descubierto que lo que transforma no es solo el conocimiento que comparto, sino cómo lo comunico: la forma en que pregunto, escucho, respondo y me vinculo. El lenguaje es más que una herramienta: es un espejo de nuestra autoestima. Cuando reaccionamos desde la imposición, la necesidad de tener razón o la urgencia de validación, muchas veces estamos hablando desde nuestras propias heridas. Desde el coaching ontológico, aprendemos a identificar estas trampas del lenguaje automático —como “no me queda otra” o “tú siempre”— que nos alejan del poder de elección. Hablar con responsabilidad implica expresarnos desde la autenticidad, la escucha y la coherencia, usando el lenguaje como puente, no como arma. Porque en cada palabra se juega la posibilidad de acercarnos, de sanar, de crear futuros distintos. Cambiar el modo en que hablamos es también una forma profunda de transformar el modo en que vivimos.