Durante mucho tiempo, yo mismo pensé que la Inteligencia Artificial y el Coaching Ontológico pertenecían a galaxias distintas. Una era lógica, algorítmica, acelerada. La otra, humana, pausada, profundamente reflexiva. En apariencia, dos universos que se repelen.
Hasta que un día, casi sin darme cuenta, comencé a unirlas.
Fue una revelación más que una decisión estratégica. Empecé a notar que todo lo que aprendía sobre IA encontraba eco en mi formación como coach ontológico, y viceversa. Las herramientas que usaba para automatizar tareas me ayudaban a crear espacios de reflexión más profundos. Las conversaciones que sostenía con mis clientes o conmigo mismo me hacían replantear para qué quería la tecnología en mi vida.
Ahí nació el Método S.E.R.
Una metodología nacida de una integración real
S.E.R. significa Sentido, Estrategia y Realización. No es una receta ni una herramienta más. Es un mapa vivo que me permite conectar lo que hago con quién soy, integrar las decisiones que tomo con el propósito que me moviliza, y usar la tecnología como aliada en lugar de como amenaza o ruido.
Sentido es la brújula. Me recuerda por qué hago lo que hago, cuáles son los valores que sostienen mi camino y dónde está la coherencia entre mi trabajo, mi aprendizaje y mi manera de acompañar a otras personas. En este punto, el coaching ontológico me da el lenguaje, el cuerpo y la escucha. La IA, en cambio, me desafía: ¿Para qué quiero aprender esto? ¿Qué clase de impacto quiero generar con estas herramientas?
Estrategia es el cómo. Aquí entra todo mi sistema de organización personal, que he llamado Organízate con Sentido. Uso la IA para planificar, sintetizar información, analizar patrones, crear estructuras. Pero también uso la filosofía del coaching para tomar decisiones conscientes, revisar mis creencias limitantes y detectar qué me impulsa o me frena en cada acción.
Realización es el hacer con sentido. Implementar, medir, ajustar. La IA me ofrece velocidad, acceso a datos, automatización de procesos. Pero soy yo quien decide qué datos mirar, cuándo parar, cuándo cambiar de rumbo. El coaching me recuerda que el resultado no es solo un número: es también una experiencia, una emoción, un aprendizaje encarnado.
Una práctica cotidiana, no una teoría abstracta
Hoy todo lo que hago pasa por este filtro: Sentido, Estrategia y Realización. Cuando elijo una formación, me pregunto si está alineada con mi propósito. Cuando creo un nuevo servicio, analizo si tengo los recursos internos y externos para sostenerlo. Cuando avanzo en un proyecto, mido si me estoy alejando de lo que me importa y hago ajustes si es necesario.
La IA no es una amenaza. Tampoco es una varita mágica. Es una herramienta poderosa, que puede ayudarnos a amplificar nuestro impacto o a perdernos más rápido si no sabemos hacia dónde vamos.
El coaching, por su parte, no es solo un espacio de escucha o de inspiración. Es una forma de vida que nos invita a observarnos, a reconfigurar nuestras conversaciones internas, a actuar con responsabilidad y apertura.
Juntas, estas dos disciplinas me ofrecen una forma nueva de estar en el mundo. Con los pies en la tierra y la mirada en el futuro.
Tres aprendizajes que me deja este cruce
- No hay que elegir entre humanidad y tecnología. Podemos integrarlas para vivir con mayor sentido.
 - Las herramientas no son neutras. La IA potencia lo que somos: si estamos perdidos, nos acelera el extravío. Si tenemos propósito, lo expande.
 - El desarrollo humano necesita nuevos lenguajes. Y el Método S.E.R. es mi forma de articular esa necesidad: uniendo saberes, conectando práctica con visión, acompañando procesos con rigor y calidez.
 
Una invitación a quienes sienten que están en la frontera
Si alguna vez sentiste que te dividías entre dos pasiones. Si te dijeron que tenías que elegir. Si creíste que tenías que ser “de letras” o “de ciencias”, de corazón o de razón, de tecnología o de personas… quiero decirte que no es cierto.
Podemos ser ambas cosas. Podemos crear puentes. Podemos diseñar nuevas formas de acompañar, de aprender, de vivir.
Porque al final, la IA no es el centro. Tampoco el coaching. El centro es el ser humano. Y su capacidad de crear con sentido.
Por cierto, si has visto esta misma publicación en mis dos newsletters no ha sido un error, ha sido intencionado 😉
#TransformaciónDigitalConPropósito #CoachingOntológico #InteligenciaArtificialHumanizada #MetodoSER #AprendizajeConsciente
															
